Transcripción de la charla de la Dra. Claudia Hernández
23 de diciembre de 2021Ayuda a tu hijo con el miedo a las agujas
23 de diciembre de 2021Autor: Fundación Diabetes juvenil Chile – Material adaptado -.
No todos los niños tienen la misma actitud frente a los pinchazos. A unos no les importan las inyecciones, otros son reacios a cualquier pinchazo y otros – tal vez los menos – los aceptan con cierta naturalidad.
Este no es un tema fácil ni para los niños ni para los papás. Implica aprender técnicas nuevas y nuevos hábitos en nuestra vida.
Este material educativo no pretende hablar de las técnicas de inyección, sino de brindar algunos consejos para gestionar la aplicación de medicación con los niños pequeños, considerando que es muy común que existan miedos, tanto en padres como en hijos.
Cómo enfrentar el momento de la inyección?
Explíquele al niño, en términos sencillos, por qué son importantes y necesarias las inyecciones
Hágale saber que es normal estar preocupado o no sentirse cómodo con las inyecciones. “Entiendo que no te guste, que te dé miedo. Es algo difícil de hacer, pero muy necesario para sentirnos bien y poder hacer lo que más nos gusta”.
Sea honesto acerca del dolor y los temores. Intente no decirle a su hijo que no pasa nada o que no le dolerá, es importante validar sus sentimientos y miedos respectos al pinchazo. Debe hablarle con la verdad.
El niño debe saber exactamente qué es lo que va a pasar y por qué. Esto los ayuda a predecir y a disminuir la ansiedad que produce la aguja. Además, comenzarán a familiarizarse con los insumos, aprendiendo a identificarlos aunque aún no los manipulen directamente
Es necesario que los padres aprendan a manejar sus propias emociones, sobre todo al momento de realizar los pinchazos u otras partes del tratamiento. Los niños y su sensibilidad podrán percibir en sus padres ciertas emociones, que influirán directamente en cómo ellos se tomen la situación. Intente acercarse al niño lo más calmado posible.
Tenga un discurso coherente entre el lenguaje verbal y no verbal, tanto al momento de tomar una glicemia como de inyectar la insulina.
La inyección y realización de las glicemias no son negociables. Si su hijo logra convencerlo de mover una dosis o no realizar una glicemia, él intentará hacerlo cada vez que llegue el momento.
Trate el momento de la inyección con la misma naturalidad que cualquier otra actividad de su rutina diaria.
Finalmente, posterior al momento de la inyección comparta tiempo con su hijo. Felicítelo y refuerce su buen comportamiento, pero no lo haga sentir mal si no coopera. Si sucede que el niño no coopera o se resiste, no reprenderlo. Es algo frustrante y agotador para los papás, pero también lo es para los niños, porque muchas veces les duele y no quieren hacerlo, es algo muy nuevo en su vida. Por lo tanto, la recomendación es tratar de acoger esas emociones y estimular/proponer poder actuar de otra manera la siguiente vez.
-Técnicas que nos pueden ayudar al momento de la inyección
Promuevan una rutina en torno al tratamiento. Así, progresivamente, los niños podrán adquirir hábitos y al mismo tiempo, comenzar a vivirlo de forma cotidiana. Con constancia, esto repercutirá en una mejor adherencia al tratamiento.
Intente que el tiempo que le tome el procedimiento sea lo más breve, relajado y calmado posible.
Transmita un sentido de responsabilidad en el niño, dando opciones de progresiva participación y autonomía.
Por Ejemplo:
Viendo en qué zona se pinchó la vez anterior, dónde puede hacerlo ahora; buscar los materiales, higienizando la zona.
Intente centrar la atención del pequeño en algo que sea de su interés, para hacer el momento más amigable. No hay recetas para hacerlo pero para lograrlo es fundamental conocer al pequeño y estar atento a lo que le gusta o serviría a cada hijo. Uno de los grandes desafíos de ser padres, consiste en conocer e identificar lo que cada hijo necesita/le gusta, según su individualidad.
Para concretar estos consejos, una de las mejores estrategias con los más pequeños es el tema del juego/juguetes, ellos se comunican a través del juego. Es por esto, que les sugerimos elegir un juguete. Que el niño elija un peluche, muñeca, muñeco de acción que sea su favorito, para que puedan aplicarle la inyección antes en el peluche. Esto ayudará a transferir su ansiedad al muñeco y, también, disminuirá el sentimiento de sentirse “único”.
Ejemplo:
En el peluche se pueden marcar las zonas de inyección y jugar con él al momento de la inyección, de manera que el niño aprenda jugando. Se pueden realizar preguntas como ¿dónde lo pincharemos hoy? El oso Juan tiene miedo… ¿cómo lo podemos calmar? ¿Qué le dirías vos? ¿Le cantamos una canción? Y así el niño va disminuyendo sus miedos y ansiedad de la misma manera que aprende a reconocer los sitios de inyección y a realizar rotaciones.
Recompensa.
Esto NO debe ser algo material. Posterior a la inyección, hacer un aplauso especial, un abrazo, jugar con el niño y reconocer la tarea bien hecha, aumenta su autoestima y fortalece la confianza en sí mismo.
No hay recetas ni instrucciones para criar a un hijo.
Ni para criar a un hijo con problemas de crecimiento. Comprendemos lo desafiante que puede ser, más aún cuando debemos ser nosotros, los padres, quienes nos ocupamos de las aplicaciones.
Esperamos que estos consejos los ayuden a enfrentar el momento de los pinchazos.
Los niños son diferentes y no siempre responden de la misma. Con el cariño, apoyo y confianza de la familia, pero sobre todo respetando sus ritmos y características personales, podrán ir superando sus miedos.
Y nosotros los nuestros!!